Paisajeando (Seth)

- Me arriesgare- digo riendo interiormente por su advertencia. Lo sigo a un buen paso, bajando la colina y dirigiendonos a la playa, lo que me extraña, pero al escuchar que ya habiamos llegado, noto una casa cerca de la playa y sonrio. Entramos y me dice que puedo verla.

- que Bella casa- digo, pues desde que la vi al caminar me parecio muy linda- bueno, con tu permiso- digo caminando por la casa, y entre más veo, más me fasina, cada detalle parece tan bien cuidado que hasta envidia siento, entro a las habitaciones y me quedo prendado de una escena, un diván frente a una ventana con cortinas blancas, era el lugar perfecto. Dejo mis materiales en una mesita cercana y regreso a la entrada, donde aun esperaba Seth.

-Encontre el lugar perfecto- le dije tomando su muñeca suavemente y conduciendolo al lugar- ese divan me parece ideal-

- muy bien, desvistete, por favor- le pido, mientras acomodo una cortina sobre donde ira su cabeza, haciandola caer de una manera elegante, ya que me vuelvo noto que esta desvestido- muy bien, recuestate- le pido, y el se recuesta, recargandose sobre la primer cortina, su cuerpo es magnifico, imaginé que sería bello, pero nunca creí que tanto, pero mi rostro no muestra mis pensamientos, profesionalismo ante todo, ya recostado cubro su cadera con la segunda cortina.

- Bien, veamos- me alejo unos pasos, mirandolo, luego me acerco llevando un brazo por arriba de su cabeza con suavidad, baje el otro a que estuviera doblado de manera que pareciera que sostenia su rostro, dejandolo en una posición cómoda, para que no se cansara- tienen que verse tus ojos, tu rostro- digo con tanta suavidad que casi parecía que quisiera himnotizarlo, pase mi mano con suavidad acomodando sus cabellos, casi parecía una caricia, me lleve el pulgar a la boca poniendole un poco de saliva y lo pase por determinadas partes de sus labios, contorneandolo y dandoles un brillo especial- bien, en esa posición estara bien- dije, toma mis materiales y me sente en el suelo de la pared contraria.

Tome carboncillo y una navaja, afilandolo, una hoja en blanco y comence con los trazos de ese desnudo parcial, quería una escena divina con toques de erotismo, no una burda escena pornográfica- Bien Seth, puedes moverte, pero no bruscamente- le dije, concentrandome, dejando al carbon deslizarse por la hoja, no usaria nunca un lapiz para tan magnifico modelo.

- Me da gusto que estes cómodo- digo sin apartar los ojos del papel, totalmente concentrado, detallando la perfecta linea de su cuerpo, haciendo primero el bosquejo, cuando escucho su pregunta, levanto el rostro sonriendole- pues, unos 20 minutos - le respondo volviendo a posar mis ojos sobre el papel.

Aun se ve una gran cantidad de lineas sin sentido, y comienzo a detallar poco a poco, comenzando con su rostro, la suavidad con la que el cabello le caia en la cara, sus ojos tranquilos y apasibles... su boca carnosa, siguiendo con los dedos de sus manos, sus brazos, su cuello... todo tan exquisito.

El tienpo se congela para mi, perdiendome en los trazos, ya casi esta terminado, dejo el carboncillo y tomo un pequeño recipiente con polvo de graffito y un poco de algodón, dandole sombras naturales a las partes necesarias, con calma, dandole suavidad a la caida de la cortina y a su cabello, tomo un lapiz dandole los últimos toques, mirando con infinita ternura a todo el dibujo... dejo todo en su lugar y tomo una pluma, firmando la esquina del dibujo.
Miré mi obra terminada, plasmaba toda la belleza del modelo original, cada detalle, mejor no me pudo haber quedado.

- He terminado- dije saliendo de mi trance, mirandolo radiante, cierro mi material y me pongo de pie, estirandome y acercandome a el, tendiendole el dibujo para que lo viera-

- Para mi es muy importante la opinión del modelo- respondi- y creo que solo hice lo que me pareció que te favorecía, yo solo soy un aficionado al fin y al cabo- dije con mi sonrisa felina, dejando el dibujo en el diván

Noto como mueve sus cabellos con natiralidad, esa gracia que despide en sus movimientos es justamente lo que me impulsó a plasmarla, pero sus palabras me devuelven a la realidad.

- Vaya, que amable- digo con mucha educación- Te aceptare un vaso con agua, si no te molesta- dije con aire gallardo, complementando su actitud seria.