Buscando una Paleta

-Pues unos 18 o talvez 17 no creo que mas-sonreí al tiempo que me adelantaba un poco y abría la pequeña portesuela que tenía la entrada al pequeño mirador y le permitía el paso primero, -¿me equivoco?-pregunté acercandome al borde, observando el bello paisaje de la cuidad abarrotada de personas y mas al fondo un grande y hermoso mar azul.

-Valla, entonces tenemos la misma edad-dije mirandola de reojo y viendo lo fascinada que estaba con el lugar, -hace poco, en una de mis excursiones por la ciudad encontré este mirador, y como es pequeño y algo "escondido" por así decirlo no vienen muchas personas-sonreí al sentir la suave brisa mover mis cabellos y llevarlos hasta mi rostro, -me alegro que te gustara-comenté, tomandome la libertad de tutearla al saber su edad.

Sonreí encantado, me alegraba que le hubiera gustado pues yo pensé justamente lo mismo cuando vi este lugar por primera vez.

-Puedo mostrarte otros lugares, pero creo que no podría ser hoy, está empezando a anochecer-le avisé, instandola a abriri los ojos que había cerrado anteriormente, le tomé de la mano y la acerqué mas al borde, hasta los reposabrazos que había y señalé el cielo donde podían apreciarse ya algunas estrellas buscando lugar en el cielo aún claro, -allá arriba es aún ams hermoso, ¿no?-

-¿Hacías eso realmente?-me sorprendí mirandola, tan solo apreciano el peril de su rostro pues ahora mismo miraba con fascinacion el cielo, no me pensé que, a pesar de verse tan hermosa y elegante también pudiera ser tan humana, no todas eran como ella y en ese momento me di cuenta de que era una pequeña joya de las pocas que hay.

-¿Eres francesa?-no pude aitar mirarla de arriba abajo, no que no lo pareciera, pero su cuerpo... -tu cuerpo es mas moldeado que el de una-dije sincero, no estaba bien pensar cosas sobre una dama y no expresarlas en voz alta, -disculpa si te parezco maleducado-me disculpé posteriormente, pues es muy posible que halla tomado a mal mi comentario.

-Porque lo son-corroboro sus palabras y sonrío, -no todo lo que impoorta es lo de afuera, es muy importante conocer a una persona para poder tacharla, y eso ni siquiera es correcto-dejo de mirarla para mirar el firmamente que se ha puesto aún mas oscuro.

-Cierto-sonreí mirandola, -será mejor que nos marchemos, ya despues podremos volver, no?-ladeo mi cuerpo para mirarla de frente, -si quieres puedo encaminarte a tu casa-afrecí de buena gana.

Sonreí llevando una de mis manos a mi caderta y la otra a mi cabello, peinando mi flequillo hasta atras con mis dedos.

-Es una estupenda idea-concordé apoyandome nuevamente sobre la baranda, -pero no será algo incomodo para ti?, digo, acabas de conocerme y todo eso-por mi, genial, la idea me encantaba, pero no sé si después pasado un tiempo ella comenzara a setirse incomoda con la presencia de un practicamente desconocido, -no quiero ser un estorbo-confesé.

Asentí con suavidad a sus palabras, -gracias-dije pues no todos me decían lo bien que les caían o viceversa, -entonces será mejor que vallamos avanzando has de tener frío ya-miré su blusa de escote pequeño y sin mangas, -y no tengo una chaqueta para pasarte-dije sonriendo apenado, la verdad era que este día no esperaba quedar hasta tan tarde en la calle.

-Claro-apreté el agarre sin llegar a lastimarla y comenzamos a andar nuevamente, bajamos las escaleras y tomamos el mismo camino por el que habíamos venido, pasamos de largo la dulcería y a penas ahora me fijaba en que ella ya había terminado su dulce, rato después aún seguíamos caminado, -¿está muy lejos?-pregunté mirandola de reojo, en todo el camino no habíamos soltado el agarre.