Relajación...

[Libre.]

Las mejillas de la muchacha se encontraban enrojecidas gracias al calor del agua, y su frente estaba perlada gracias al sudor. Giró su cabeza de manera circular, provocando que sus huesos tronaran.
Era bastante tarde, pero como el dueño del lugar era un conocido de su familia, la habían dejado pasar. Ya no quedaba casi nadie, sólo algunos encargados y algún que otro cliente con derechos como los de ella.

Se apoyó contra el borde, manteniendo los ojos cerrados, tratando de no pensar en absolutamente nada. Había tenido un día agotador y deseaba desesperadamente un poco de tranquilidad.
-Mmm...- soltó sonido cargado de placer, encontrando su punto máximo de relajación.

el muchacho entró en las termas, era demasiado tarde, si, lo reconocia, aunque solamente seria un pequeño momento. asi se lo habia garantizado al dueño, estaba oculto tras una toalla en sus caderas, mosntrando su cuerpo, su cuerpo se veia sudoroso a la vez que sonrojado mientras finalmente dejaba la bolsa con sus correspondientes cosas en un banco cerca de las termas, negaba que hubiera alguien a esas horas, es mas, creia que en esos momentos no deberia de haber estado nadie, al contacto con el vapor su cuerpo sudaba y sus mejillas se enrojecian-

ufff¡ ya era hora de un descanso...

Lizzie se volteó al oír pasos acercándose; el silencio allí era tan pesado que cualquier hasta el sonido de la caída de un alfiler hubiera podido escucharse. Observó cada movimiento del hombre: cómo acomodaba su ropa, cómo dejaba su bolso en un banco cercano, y cómo entraba en las termas.
Lo miraba sin disimulo alguno, sabiendo que él no se había percatado de su presencia aún. "Seguramente es un privilegiado como yo" pensó.
-Buena noche- dijo en voz suave y sensual, tratando de captar su atención.

-cuando escuchó la voz y se volteó al principio no supo como actuar, aunque luego una sonrisa se volvió a su rostro cuando escuchó las palabras qe dejaba aparecer en un tono más que seductor, finalmente divisó a la dama, se acercó junto a ella a paso firme haciendo desaparecer la toalla para exponer su cuerpo, no sabía como reaccionaria la mujer, pero no se iba a cortar de bañarse tal y como su cuerpo le exigía, finalmente su cuerpo sintió el agua y pudo murmurar mas tranquilo-

hola..lamento ser un estorbo para usted, pero mi cuerpo necesita un buen baño..