Un Secuestro... ¿Cuál es el precio? (Eric)

Lo ultimo que recordaba era que alguien golpeaba mi cabeza, ahora, ya conciente, senti que estaba sentado en una silla, atado de las muñecas, los tobillos, y tenía una venta, pues no podía ver nada, intente oir algo, pero parecía que estaba solo en ese lugar, no quise decir nada, hasta que quien me tuviera allí se presentara.

Perfecto una pelicula sadomasoquista pense, esto va a ser muy pero que muy bueno, en fin, entre al plato vestido todo de cuero, incluso cubriendome el rostro con un pasa montañas, para darle mas excitación al momento, mi voz sonaba muy grave.

-Asi sentado cualquiera se aprovecharia de ti, pero estoy seguro de que nunca miras hacia abajo de la silla.

Dije señalando una pequeña caseta.

-¿A que no adivinas que hay dentro de esa caseta?

Movi levemente mi cabeza y me di cuenta que la venda estaba algo suelta pude mirar al suelo, y vi lo que el sujeto hablaba -Pues no lo sé, simplemente yo no soy el que ha puesto todo en este lugar...- dije haciendome el dificil, he intentando no mostrarme algo asustado ante la situacion.

-Creo que eso te pertenece, ademas ahora no deberias concentrarte en esa parte del cuerpo, sino en tu entrada.

Dije poniendole la venda, mientras le quitaba las cadenas, le cogi y lo colgue de una pared de forma que lo podia doblar a mi antojo, cogi un consolador con unos bultos y comenze a meterselo.

-Agrrr!- el dolor era impresionante, sentí como de golpe mi entrada se abrió y crei sentir como me rompia por dentro -Eres un bastardo, ¡¡cobarde!!- estaba molesto, aunque de mis ojos comenzo a caer algunas lagrimas por el dolor.

-Supuestamente no sientes nada, eres un juguete y estas aqui para satisfacerme asi que seguimos con ello, ademas como yo me tienes harto, voy a hacer lo que quiera contigo, sino estate atento, mira lo ves.

Dije metiendo aun mas el consolador hasta casi adentro le di a un boton y comenzo a girar, para abrir la boca.

-Grita bien, que se te oiga.

En vez de seguir sus instrucciones hice todo lo contrario, me aferre a las cadenas de mis manos, apretandolas, aprete mis ojos con fuerza y mantuve mi boca cerrada, aunque quisiera gritarle mil cosas, preferí callar y no darle en el gusto, no lo complacería tan facilmente.

-Asi que me has salido rebelde vaya vaya quien lo iba a decir, tendre que presentarte a una amiguita fijo que ella, te puede ayudar a eso de ser un poquito mas sumiso.

Dice sacando una cuerda que ato alrededor de su cuerpo, como dividiendolo en distitnas secciones para que fuera mas facil luego de pegarle y llenarle de semen, mientras, ponia un trozo de cuero en su miembro con unas cuerdas,
-Cuando tire de ellas el cuero se encoge y por tanto tu miembro se vera muy apretado simplemente recuerda eso.

Dije coomenzando a tirar de las cuerdas.

-AAAH!- dolia y mucho, y ahora no podía moverme por nada del mundo, estaba completamente atado, era un bastardo, que al parecer no tenía juicio racional, no quería resignarme no aun, no le iba a dar en el gusto -¿Solo vas a jugar?- pregunte rapidamente.

-Porque voy a tener que disfrutar el juguete, cuando me de cuenta que el juguete disfruta entonces yo le hare disfrutar, mientras tanto, seguiras como esta, ¿o acaso quieres que te haga mas daño?, lo he pensado y creo que si.

Digo comenzando a lamer sus pezones.

Si seguía resistiendome sería peor, tendría que seder, o la pasaría mal... -No... Ah!- su lengua humada estimulaba mis tetillas, y esé acto, siempre hacía reaccionar a mi cuerpo -No quiero... Mmm... recibir daño...- le dije entre suspiros...

-Si quieres pobre iluso, no sabes la que te espera ahora mismo, mira tus pezones estan estimulados, y ahora veras. ¿ves esto que tengo aqui?

Dije cogiendo dos pinzas.

-¿A donde crees que van a ir dos pinzas que estan en mis manos?

No quise responder, intente pensar en alguna forma de salir de allí pero no había ninguna, suspire algo resignado, solo quedaría intentar no sentir mi cuerpo y dejar que hiciera y deshaciera conmigo aunque no era la idea -No se como encontras que tenerme de esta forma tan cobarde de tu parte, es divertido, eres un psicopata- le dije suevemente, sabiendo que seguramente ahora su reaccion sería bastante violenta.

-No soy ningun psicopata alguno, asi que lo siento por ti, tu respuesta eserronea, tienes los pezones erectos y los vamos a conectar, veras.

Dice poniendole dos pinzas en os pezones, mientras comienzo a hacer que mis dedos entraran en su boca, para que los comenzara a chuparlos, y de esa forma los comenzara a meterlos en su entrada de forma loca y gradualmente.