Entrega

Le habían pedido que por favor llebara los ultimos trajes que había diseñado a los sets, especificamente al set numero 10, donde la estaria esperando alguien apra resivir los trajes. O eso se suponia.
El lguar estaba decierto a esas horas, no lograba encontrar a nadie. Entro con paso lento cargando una maleta negra donde llevaba los vestuarios que le habían pedido para la obra, o una pelicula, no estaba segura.
-¿Hola? ¿hay alguien?-
Pregunto parandose en medio de la esenografia, la cual era de una sala de un castillo antiguo, pensando en irse y vovler mas tarde cuando escucho unos pasos.

Estaba sentado en el suelo, recargado en una de las paredes del falso castillo, casi afónico, pero no rendido... ese monólogo me salí porque me salí, no importaba si moría después de recitarlo. Me levanté, decidido, esta vez lo lograría, lo haría mio, tal como si fuera el mismo príncipe de Dinamarca Respirpe hondo y comencé- "Ser o no ser, esa es la cuestión-empecé a dejarme llevar, imaginando el escenario de este, el célebre monólogo de Hamlet-¿Qué es más noble para el alma, sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin?

Morir, dormir... nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne... Es un final piadosamente deseable. Morir, dormir, dormir... quizá soñar. Ahí está la dificultad. Ya que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar el impulso. Ahí está el respeto que hace de tan larga vida una calamidad. Pues quién soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, la injusticia del opresor, el desprecio del orgulloso, el dolor penetrante de un amor despreciado, la tardanza de la ley, la insolencia del poder, y los insultos que el mérito paciente recibe del indigno cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un puñal... -

-Una dulce voz me sacó del ensimismamiento, virando mi cuerpo hacia el lugar donde, creía, se encontraba. Era hermosa... como Ofelia... -mi Ofelia- susurré para mis adentros- Hola... ¿puedo ayudarte en algo?-salté del escenario grácilmente y me dirigí hacia ella con una sonrisa en los labios- Soy Adonis...

Volteo a ver al joven que acababa de aparecer, tardandose unos momentos en responder ya que se había distraido un poco obserbandolo atenta, no podía negar que era apuesto.
-Hola soy Shelke, me pidieron que trajera unos vestuarios para la obra...o pelicula, pero creo que no a llegado a quien debo entregarlos.-
Respondio sonriendo amablemente al rubio mientras apoyaba la pesada y grande maleta en el suelo para descanzar un poco, mirando despues a su alrededor, mirando los detalles de la escenografia cuando se le ocurrio que quiza el otro estaba ahí por que era parte de la obra o algo asi.
-espero no haberte interrumpido mientras ensallabas o algo asi, y si fue asi mis disculpas.-
Comento sin dejar de sonreír aunque algo apenada mientras volvia a verlo.

Viéndola más de cerca me pareció más bella, tan frágil.-Mucho gusto, Shelke-tomé su mano y la besé suavemente, deleitándome con su textura, como de seda- Oh... entonces no eres mi Ofelia..-me entristecí un poco, ya me había ilusionado. - Oh, disculpa, pero todos ya se fueron hace casu una hora... el director es bastante despistado, seguramente se le olvidó, me disculpo por él, princesa. Y no te preocupes, si ensayaba, pero tú, haz hecho que me inspire más con tu belleza-la miré fijamente, tenpia unos ojos preciosos- ... No te disculpes... no tengo nada que perdonarte... pero eso si, es una lástima que no seas mi Ofelia, porque eres tan hermosa...

Miré la gran maleta que llevaba, me sentí mal al pensar que tuvo que traerla hasta acá en vano- Si quiéres, puedes dejar aquí las cosas, nadie se las robará... yo me encargo de eso.. Un momento... ¿tienes allí mi vestuario?-observé la maleta con ojos de renovada ilusión- me fascinaría probármelo... ¿puedo?... es el de Hamet

Un hermoso carmin cubrio sus palidas mejillas por el beso a su mano y especialmente por los alagos.
Escucho lo de Ofelia, pero antes de responder oyo como todos ya se habían ido, entristeciendose un poco, mas bien frustrandose.
-ya veo... bueno, ya se lo estare cobrando.-
Respondio con una gentil sonrisa. No todo había sido malo, tenía la ventaja de que había podido conocer a tan encantador joven.

Su sonrojo aumento un poco al oir el comentario del rubio de que sentia lastima que no fuera ella Ofelia, no pudiendo evitar el desviar la vista por reflejo a sus nervios pero sin dejar de sonreír.
-de haber sabído que se estaba preparando esta obra y que tan apuesto y caballeroso joven haría de Hamlet, hubiera venido en seguida a las audiciones.-
Respondio con una sonrisa timida, jugeteando distraida con el asa de la maleta.
Asintio con la cabeza al oir la pregunta, hincandose en el suelo junto a la maleta para comenzar a buscar en esta el traje pedido.
-por supuesto, aquí traigo todos los vestuarios principales, ademas me encantaría ver si quedo a la medida.-
Saco al fin el elegante traje de Hamlet, cuidadosamente elaborado para asemejarse lo mas posible a los trajes de laa epoca que tenía la obra.

Escuché embelesado lo que decía-jejeje...-me sonrojé, desviando la mirada, estaba acostumbrado a ser yo el que halagara y no viceversa -Gracias, hermosa...-vi el vestuario, estaba divino... todo él- ¿tú lo hiciste?, eres muy talentosa-susurré, mirándola fijamente y luego observando detenidamente el traje- Ahora vuelvo, prometo que no te haré esperar- lo tomé suavemente, no sin antes dedicarle una última sonrisa.

Me dirigí a los vestidores, dejando el traje cuidadosamente en un gancho. Luego me quité con rapidez la ropa y comencé a ponermelo. Me miré en el espejo más cercano... Guau... que bien me veía.. jejeje, modestia aparte. Salí, yendo de regreso con la bella Shelke- Volví-le sonreí y di una vuelta sobre mi eje para mostrarle como me quedaba, haciando una reverencia al final- ¿Qué te parece? Porque a mi me encantó

-asi es, soy diseñadora...se supone que tambien actriz pero no me va tambien en eso.-
Comento sonriente al ver lo mucho que parecia gustarle el traje.
Asintio con la cabeza y lo vio irse a cambiar, sentandose sobre una silla que se encontraba en el escencario para no esperar de pie.

Despues de unos minutos de esperar vio como volvia el rubio con el traje, aliviada de ver que si le quedaba.
-perfecto, te ves muy bien, me alegra que te haya gustado.-
Respondio acercandose un poco para ver los detalles, como costumbre de revisar que se viera bien el traje y no le hubiera faltado algo escencial, los trajes luego se veían distintos cuando estaban puestos.

Di otra vuelta, mirándome en un espejo cercano. Luego la miré de nuevo, tan hermosa, resplandecía cual estrella en un cielo nocturno- Dime, linda...-reí sonoramente- ¿Parezco Hamlet?- me puse en la típca posición del personaje con la calavera frente a mi cabeza- esto me inspira...Por cierto...-acomodé mis cabellos, peinándolos hacia atrás- puedes dejar los trajes aquí, nadie los robará y así no tendrás que cargarlos de regreso... claro que si te importa demasiado... yo te ayudaré a llevarlos... eres te ves tan frágil, no me gustaría que te lastimaras por andar cargando esa maleta tan pesada

-Otra cosa más, linda Shelke... se me hace injusto para ti haber traído los trajes en vano... y me gustaría compensarte, en nombre del director y todo el elenco, mmm... Hay un restautrante ncerca de aquí, la comida es maravillosa ¿Te gustaría ir?, claro, si no tienes nada mejor que hacer-sonreí tiernamente

Rio suabemente al ver la posicion tipica que tomaba, sonriendo alegre.
-Igual a Hamlet.-
Dijo aun sonriente, encantada con su traje y con el joven que lo usaba.
-si puedo dejarlos creo que preferiría, confío en tu palabra de que nadie se los robara, me sentiria mal de hacerte cargar la maleta hasta mi departamento.-
Respondio con un suabe sonrojo en las mejillas por la amabilidad que el otro mostraba y la preocupacion de que se fuera a lastimar por su aparente fragilidad.

-¿en serio? Me encantaria ir, aunque no te preocupes, no es necesario que me compenses por haber venido, para mi ya valio la pena.-
Respondio timidamente aun con aquel sonrojo que se hacia mas notable con el contraste de su cabello alvino y su palida piel, sin dejar de mirar amable al rubio.

Sus palabras "Igual a Hamlet" no hicieron más que alimentar mi gran y demandante ego, sin embargo...obviamente no lo demostré-Muchas gracias, linda... ojalá el público piense igual-Fue lo único que dije, sonriéndole con cierta ternura que no supe de dónde había salido

-Mmm..pues.. yo insito...-noté su sonrojo, contrastado perfectamente por sus cabellos claros y su tez de porcelana- Oh... Shelke... pareces ... pareces... un campo cubierto por nieve en cuyo centro un par de rosas rojas florecen tímidamente-abrí mucho los ojos, sin dejar de observarla, el sonrojo le iba hermoso a sus mejillas...

-en tal caso creo que no podre negarme a la invitacion.-
Respondio con una hermosa sonrisa al oir sus palabras, pero al oir los ultimos alagos tardo en reccionar un poco, sintiendo como sus mejillas se calentaban aun mas, ladeando un poco el rostro y desviando la vista como reflejo y algo de timides y pena.
-...yo..que palabras mas..hermosas, sabes como alagar a una chica Adonis.-

Dijo pudiendo mirarlo de nuevo, avanicandose ocn una mano como reflejo, queriendo bajar un poco sus sonrojo, algo bastante complicado.

Me alegra que hayas aceptado, no te arrepentirás-aseguré sonriente-Te equivocas linda Shelke, yo no sé abalar a las mujeres, sino a la belleza que de ellas se desprende-me atreví a acercar la mano a sus cabellos para acariciarlos suavemente- Y tú, eres muy bella...-susurré lentamente sin perder contacto visual con ella. Me alejé levemente, aún sin dejar de mirarla-Iré a cambiarme, odiaría que al traje le pasara algo, además, jajaja.. sería extraño
andar por la calle vestido de Hamlet, aunque bastante interesante

Felizmente me dirigí de vuelta a los vestidores, allí intercambié el traje de Hamlet por lo que traía puesto hace un rato, de no sin antes dedicarle una última mirada a mi trágico altergo. Regresé raudo, tomando la maleta, bastante pesada y colocándola en un lugar seguro. Luego fui con ella, ofreciéndole mi brazo- ¿Te gusta la comida italiana?- cuestioné amablemente, con aires pensativos

Esta vez ya no supo que responder, sintiendo nulo su intento por bajar o disimular su sonrojo.
En todo momento mantubo la mirada con Adonis, escuchando las hermosas palabras de este, sintiendo las suabes carisias que este brindo a su cabello antes de alejarse para ir a cambiarse, pudiendo en ese momento reaccionar al fin.
-No se que decir...sus palabras me an dejado sin habla, aquí esperare a que se cambie.-

Respondio mientras el otro se iba a cambiar, aprobechando para tratar de distraerse y quitarse lo mas que pudiera el calor de las mejillas, logrando esto antes de oir al otro volver.
-¿la italiana? me gusta mucho, ademas hace mucho que no la pruebo.-
Respondio con su calida sonrisa mientras se tomaba suabemente del brazo que le ofrecia despues de haber dejado la maleta-

-Entonces este lugar te va a encantar-camimanos con paso calmado hasta la salida. Di un último vistazo a la maleta, que se encontraba segura y lo suficientemente visile para que el directo pudiera verla. Y sin más abandonamos los sets


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